Torun, Polonia
Torun, Polonia, es un perfecto ejemplo de ciudades medievales que se puede encontrar en el país báltico. A lo largo de su centro urbano, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, encontrará un buen número de monumentos, principalmente enmarcados en el estilo gótico característico del Báltico. Torun fue, además, la ciudad natal de uno de los grandes genios de la ciencia medieval, el astrónomo Nicolás Copérnico.
Precisamente uno de los monumentos más representativos que ver en Torun es la estatua de Copérnico, que se encuentra en la Plaza del Mercado de la ciudad. La imagen de este astrónomo, que fue el primero en formular la teoría heliocéntrica, es una de las imágenes más conocidas de la ciudad polaca.
A espaldas de Copérnico encontrará uno de los edificios imprescindibles de visitar, el ayuntamiento. Este soberbio edificio de ladrillos del siglo XIII no solo ha hecho las veces de Casa Consistorial a lo largo de su historia, también ha sido el lugar de celebración del mercado local y hoy día acoge las dependencias de un museo de arte de la región.
En el Ayuntamiento de Torun, en Polonia, también tendrá la oportunidad de subir a lo más alto de su torre, de 40 metros de altura. Las vistas desde lo alto son espectaculares, con toda la Ciudad Vieja a sus pies y sus torres medievales de ladrillo rojo salpicando las calles de la ciudad.
También podrá acercarse hasta la Catedral de San Juan, una de las tres iglesias góticas de la ciudad, donde destacan las alusiones a Copérnico. Desde su pila bautismal, hasta un epitafio del astrónomo. También podrá deleitarse con su preciosa arquitectura gótica y el uso de ladrillos rojos, muy común en el estilo propio del Báltico.
La Iglesia de San Jacobo es otra de las iglesias que ver en Torun en este estilo gótico del Báltico. En el interior de este templo no puede dejar de admirar los impresionantes frescos que decoran los muros y que han convertido a esta iglesia, según algunos, en la más bonita de la ciudad. Por otra parte, en la Iglesia de Santa María, la última de esta triada de templos góticos, se encuentra el sepulcro de la Princesa Ana Wazowna, un importante personaje de la historia polaca.
Por supuesto, al visitar la ciudad de Copérnico, es imprescindible visitar el hogar del astrónomo. Aunque no se trate de la original, sino una réplica posterior, reproduce a la perfección la típica casa medieval de Polonia, que además conjuga perfectamente con el ambiente histórico de la ciudad. Hoy en día se ha convertido en un museo que, como no puede ser de otra manera, repasa la vida y la obra del científico polaco.
Por último, no puede abandonar la ciudad de Torun sin probar sus famosos piernik, unos pastelitos de especias y miel que se han convertido en una de las especialidades gastronómicas más importantes de la ciudad polaca.
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