Suzhou, China, La Venecia de Oriente

Suzhou, China, es una de las ciudades más encantadoras que podrá encontrar en este país asiático. Toda la ciudad parece estar hecha para enamorar al visitante, algo de lo que ya dio fe Marco Polo cuando visitó este enclave en la desembocadura del Yangtzé hace casi 800 años. Sus canales, que bien se pueden comparar con los de Venecia; sus jardines, uno de los legados de la cultura china más encantadores; y la amabilidad de sus gentes lo convierten en una visita imprescindible.

Junto a Hangzhou, Suzhou es una de las ciudades más pintorescas de China, muestra palpable de la armonía de la cultura china con la naturaleza que convierten a las ciudades en rincones sacados de un sueño. Hay un dicho tradicional chino: “En el cielo está el Paraíso, en la Tierra tenemos Hangzhou y Suzhou”.

Los jardines son, sin duda, uno de los elementos más importantes de la ciudad de Suzhou, China. Estos parquecitos privados, son una obra maestra del paisajismo chino, una muestra palpable de la técnica tradicional que sumerge el urbanismo del país con la naturaleza. Los jardines de Suzhou están declarados Patrimonio de la Humanidad.

Entre los más importantes se encuentra el Jardín del Administrador Humilde, en el que destacan los pabellones que coronan dos sus pequeñas colinas cubiertas de árboles. Todo lo necesario para que sus dueños, tradicionalmente nobles de la ciudad, pudiesen pasear inmersos en un ambiente onírico.

Otro de los jardines más famosos de Suzhou, China, es el Jardín del Maestro de las Redes, o Jardín del Pescador. Este es el más pequeño de los parques de la ciudad, aunque su decoración es la que más cautiva el corazón de los turistas. Su ornamentación gira en torno a un estanque central, salpicado de puentecitos de piedra y pabellones en los que dejarse envolver en el aroma de las flores y la humedad del agua.

El Pabellón de las Olas Azules es otro de los rincones de Suzhou que enamoran. Escondido entre las altas cañas de bambú, al que se llega a través de serpenteantes puentes de piedra, alberga uno de los templos tradicionales más fascinantes de China, con un sinfín de esculturas que narran la historia de la ciudad.

Cuando visite Suzhou, no puede dejar de visitar el Museo de Seda, uno de los atractivos más importantes de la ciudad china. En este edificio podrá palpar el auténtico tacto de la seda china y descubrir cómo se ha cultivado, recolectado y fabricado a través de los siglos. En gran medida, la prosperidad de Suzhou a lo largo de su historia es gracias al comercio, que se distribuía a través de la famosa Ruta de la Seda.