Siracusa, Sicilia
Siracusa, Sicilia, es una de las ciudades que mejor recogen la rica historia de la isla. Fundada como colonia griega y conquistada posteriormente por los romanos, aún conserva maravillosos monumentos que recuerdan el esplendor de la Antigüedad. Por ello es uno de los mejores lugares para hacer turismo en Sicilia.
Entre sus pintorescas calles, bajo el suave viento mediterráneo, impregnado de sal marina y aroma a olivo, podrá realizar una actividad propia de Siracusa: turismo en las ruinas del teatro griego. Este enorme teatro contaba con nada menos que 67 filas de asientos, con lo que fue uno de los teatros más grandes de la civilización griega. Posteriormente los romanos lo modificaron para que se adaptase a sus espectáculos.
A pocos pasos también encontrará otro de los restos romanos que más le atraerán de Siracusa, Sicilia: el anfiteatro romano. Esta estructura fue excavada en la roca durante la época imperial. Siéntese en las gradas de piedra y le parecerá ver como los gladiadores luchan en la antigua arena.
El Templo de Apolo es, sin duda, uno de los principales monumentos que ver en Siracusa. Aunque hoy día no queden más que ruinas, no es difícil imaginarse el esplendor de este santuario, el primer edificio dórico que existió en la isla. Tras la época grecorromana fue transformado en iglesia. Más tarde, con la dominación árabe de Sicilia sirvió como mezquita, y volvió a acoger el culto cristiano con la hegemonía de los normandos.
También con reminiscencias griegas cabe destacar la fuente de Aretusa. Esta preciosa fontana representa a la diosa Diana transformando a la ninfa Aretusa en un manantial, un mito que, según decían los antiguos, tuvo lugar en Siracusa. Bajo el suave sonido del brotar del agua, le parecerá que las estatuas cobran vida y representan esta historia mitológica.
Uno de los monumentos más importantes del cristianismo en Siracusa, Sicilia, es el santuario de la Virgen de la Lágrima. Esta colosal construcción destaca por sus proporciones. Se trata de un gigantesco cono gris de 80 metros de altura y 75 de diámetro que puede verse prácticamente desde toda la ciudad. No es de extrañar, por tanto, que sea un importante foco de peregrinaje en la isla.
Siracusa, turismo y arte se funden en la catedral de la ciudad, un impresionante templo barroco y rococó. Su fachada, y sobre todo su interior, reflejan fielmente las características de este estilo: una espectacular ornamentación, lujosa y ostentosa, salpicada de floridos adornos por doquier. Por si esto fuera poco, en su fachada también podrá contemplar unas antiquísimas columnas corintias que pertenecieron al templo de Atenea, un edificio del siglo V a.C que se levantaba en este mismo lugar.
Siracusa es, por tanto, uno de los lugares de Sicilia donde mejor podrá sumergirse en la cultura grecorromana y admirar restos arqueológicos de más de 2.500 años de historia.
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