Turismo en Belgrado
En Belgrado, turismo significa recorrer alguno de los lugares históricos más importantes de Serbia, sumergirse de lleno rincones con encanto en el rincón donde el río Sava se funde con el Danubio y empezar a conocer uno de los países más fascinante de los Balcanes.
La capital serbia es una de las ciudades más antiguas de toda Europa, habitada por multitud de culturas a lo largo de la historia que han ido formando su aspecto actual. La larga historia de Belgrado -7.000 años, según algunos expertos.- se puede leer en la Fortaleza de Belgrado, el monumento más importante de la urbe.
El aspecto actual de Kalemegdan, el nombre serbio de esta ciudadela, se remonta al siglo XVIII cuando fue modificado por la dinastía Habsburgo tras hacerse con el control de la ciudad frente al Imperio Otomano. Sin embargo, la historia de la fortaleza se remonta, al menos, hasta el siglo III a.C., aunque es probable que anteriormente hubiese algún asentamiento en la zona.
En la Fortaleza de Belgrado se puede disfrutar de unas espectaculares vistas de la confluencia del río Sava y el Danubio. Paseando tras las almenas de este bastión podrá sumergirse en la arquitectura militar más impresionante de Europa y, además, visitar un Museo Militar al aire libre donde se exponen tanques y carros blindados utilizados durante la I y II Guerra Mundial.
En Belgrado, turismo también significa visitar la Catedral de la ciudad. Se trata de un templo ortodoxo serbio de gran belleza barroca y neoclásica que destaca por los espectaculares tesoros que se guardan en su interior, incluyendo las reliquias del rey Uros III de Serbia, canonizado por la Iglesia Ortodoxa de Serbia.
Tampoco puede perder la oportunidad de pasear por la calle del Príncipe Mihailo, en el centro de la ciudad. A cada paso que dé en esta calle peatonal podrá sentir el ambiente histórico de la ciudad, rodeado de edificios decimonónicos, tiendas y cafeterías en las que disfrutar del día a día de la capital serbia. Llegue hasta la plaza de la República para encontrar los augustos edificios del Teatro Nacional y el Museo Nacional.
Por último, no puede dejar pasar la oportunidad de visitar Skadarlija, el barrio bohemio de la ciudad. Se trata de un pintoresco vecindario repleto de encantadoras casitas tradicionales. En sus callejuelas empedradas podrá encontrar un sinfín de bares y tabernas que han creado y cimentando la leyenda de Belgrado como una ciudad repleta de ocio nocturno.
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