Viajes a Egipto
Los viajes a Egipto están cargados de una magia especial. Entre las arenas del desierto, a orillas del todopoderoso Nilo se levantan orgullosas pirámides y ancestrales templos, los símbolos de un país y de una cultura que aún hoy nos sigue maravillando.
Un viaje a Egipto puede comenzar por su capital, El Cairo, que es además la ciudad más poblada de todo el continente africano. En esta inmensa urbe podrá acercarse hasta las icónicas pirámides de Gizeh, los monumentos funerarios de los faraones Keops, Kefren y Micerinos, construidos para garantizar al faraón su inmortalidad. Las pirámides están eternamente custodiadas por la enigmática esfinge de Gizeh. Sin duda una de las estampas más conocidas de Egipto.
Un viaje a Egipto no está completo si no incluye una visita al Museo de Arte Faraónico, que cuenta con una increíble colección de más de 136.000 objetos del Antiguo Egipto. Al entrar en este museo, se sumergirá en la época de más esplendor de esta tierra.
Dejando de lado la época faraónica, El Cairo también le puede ofrecer la Ciudadela de Saladino, un recinto amurallado construido por el caudillo de los sarracenos cuando conquistó Egipto en el siglo XII. En el interior de la ciudadela destaca la Mezquita de Alabastro, construida por Muhammad Alí, valí de Egipto en el siglo XIX, cuando el país era parte del Imperio Otomano.
Los viajes a Egipto han de pasar, antes o después, por Lúxor, donde podrá contemplar la gloria de la antigua ciudad de Tebas, sobre todo con dos de sus templos: Lúxor y Karnak. El templo de Karnak es el más grande de todo el país. En su construcción participaron varios faraones a lo largo de los siglos para crear una auténtica maravilla que ha perdurado en la historia. A través de la avenida de las Esfinges podrá llegar hasta el templo de Lúxor, situado en el antiguo corazón de la ciudad. Este templo alberga monumentos de culto de la época faraónica, grecorromana, copta y musulmana. Se ha usado como lugar de culto de diversos credos durante más de 3.500 años.
Al otro lado del Nilo, en la orilla oeste, podrá deleitarse con la visita al Valle de los Reyes. En este lugar varios faraones, como Tutankamón o Ramsés, eligieron ser enterrados. Decenas de tumbas, las últimas moradas de los poderosos faraones, están situadas bajo las arenas del desierto. Entre los monumentos funerarios del Valle destacan los de Ramsés III y la reina Hatshepsut por su buen estado de conservación.
En las cercanías encontrará también el llamado Valle de los Artesanos, cercano al poblado de Deir el-Medina. En esta villa habitaban los obreros que trabajaban en las tumbas de los poderosos reyes de Egipto, aislados del mundo para que no pudiesen revelar los secretos de estas monumentales construcciones.
Para seguir su viaje a Egipto puede navegar por el Nilo, donde se encontrará con el Templo de Edfú, dedicado a Horus, el dios con cabeza de halcón y protector de los faraones. Esta deidad era una de las más veneradas en el Antiguo Egipto. El templo destaca por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa de la época.
A pocos kilómetros se levanta el templo de Kom Ombo, dedicado a Horus y a su hermano Sobek, el dios con cabeza de cocodrilo, asociado con la fertilidad y la vida, ya que el río Nilo surge, según las creencias egipcias, de su sudor. Sin embargo, al igual que los cocodrilos, Sobek era tan respetado como temido.
Al llegar a Assuan podrá disfrutar de una de las visitas más espectaculares de los viajes a Egipto, Abu Simbel. Este portentoso templo fue obra del todopoderoso Ramsés II, uno de los faraones más conocidos. En su fachada destacan cuatro estatuas sedentes de 20 metros de altura que representan a este rey. Todo el templo tuvo que trasladarse, piedra a piedra, para preservarlo con la construcción de la famosa presa de Assuan. También podrá disfrutar de otro de los templos más famosos de esta región del Nilo, el Templo de Philae, dedicado a la diosa Isis.
Por último, para finalizar su viaje a Egipto puede embarcarse en una faluca, una barca del Antiguo Egipto, para disfrutar de un paseo por el Nilo como lo hicieron los faraones hace milenios. Un placer inigualable.