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Turismo en París, la ciudad del amor

Descubra todos los monumentos de París en un viaje organizado

Turismo en París: romanticismo, arte, cultura, grandes monumentos. Todo esto es lo que podrá descubrir en un viaje organizado a París, la ciudad del amor o de las luces, como también se la conoce debido a su influencia en el arte y la cultura y también porque fue de las primeras ciudades que contó con un sistema de iluminación en sus calles.

La capital del Sena –río que recorre la ciudad- esconde miles de secretos que debes descubrir. Los monumentos de París son únicos en el mundo y bien merece dedicar unas horas a pasear por las calles de la ciudad disfrutando de sus vistas.

Desde luego, la Torre Eiffel será uno de los monumentos de París que no puedes dejar de visitar. Construida con motivo de la Exposición Universal de 1889 en la ciudad, se ha convertido en un símbolo no sólo de París sino también de toda Francia. Su estructura de hierro pudelado levantó controversias durante sus primeras décadas de existencia, pero hoy existe consenso sobre la innovación y visión que tuvieron sus impulsores –los arquitectos Maurice Koechlin y Émile Nouguier y el ingeniero Gustave Eiffel, a quien debe su nombre-. Aproveche la visita para subir a la segunda planta de la torre y contemplar unas maravillosas panorámicas de la ciudad y, sobre todo, del Campo de Marte, un impresionante jardín en medio de París.

Otro parque que no podrá dejar de visitar son los Jardines de Luxemburgo, donde se encuentra el Palacio de Luxemburgo, de estilo barroco, que es la sede del Senado de la República de Francia.

A la ciudad le sobran espacios abiertos en los que contemplar maravillas. Un viaje organizado a París le llevará a conocer la plaza de la Concordia, una de las más importantes y la más grande de la ciudad –y la segunda de toda Francia. Se encuentra en una ubicación privilegiada entre la célebre avenida de los Campos Elíseos, el Puente de la Concordia, el Jardín de las Tullerías y el Museo del Louvre.

Además de este entorno inigualable, la propia plaza cuenta con varios tesoros. Entre ellos, el obelisco de Luxor, regalo de Mehmet Alí de Egipto en 1836, de más de 3.200 años de antigüedad y en cuya superficie –de granito rosa- se pueden ver jeroglíficos realizados durante los imperios de Ramsés II y Ramsés III. Además, sus lados se encuentran dos preciosas fuentes con los sugerentes nombres de Fuente de los Mares y Fuente de los Ríos. Y, alrededor de toda la plaza, hasta 8 estatuas que representan a las ciudades franceses de Brest, Ruan, Lyon, Marsella, Burdeos, Nante, Lille y Estrasburgo.

Tras recorrer la avenida de los Campos Elíseos, donde podrá ver monumentos de París como el Palacio del Descubrimiento, el Pequeño Palacio y el Gran Palacio, podrá llegar hasta la plaza Charles de Gaulle –antigua plaza Etoile-, donde se encuentra el espectacular Arco del Triunfo. Construido por Napoleón para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz, cuenta con una estatua en cada uno de sus pilares, que representan cada una de ellas el triunfo, la paz, la resistencia y la Marsellesa.

En sus caras exteriores están grabados los nombres de los grandes revolucionarios franceses y las victorias militares de Napoleón I. En su interior, por su lado, están inscritos los nombres de los 558 generales del imperio francés –como curiosidad, sepa que los nombres subrayados corresponden a aquellos que murieron en el campo de batalla-.

A los pies del arco del triunfo se encuentra otro monumento en honor de los caídos en otro conflicto bélico: la Tumba del Soldado Desconocido de la I Guerra Mundial. Una llama permanece continuamente encendida y los miembros de las asociaciones de ex combatientes o de víctimas de guerras reavivan todos los días a las 18.30 horas.

Otro de los recintos que deberá visitar en un viaje organizado a París es Los Inválidos, donde, entre otros puntos de interés se encuentra el mausoleo de Napoleón. De su estructura destaca la gran cúpula dorada de la capilla de San Luis, que Luis XIV mandó construir para el uso privado real y como mausoleo real –aunque no ha alojado nunca los restos de ningún rey-. Esta capilla forma parte del Domo, que mandó construir el mismo monarca, contigua y comunicada con la Iglesia de los Inválidos, pensada para la oración de los soldados. Además, dentro de este impresionante recinto se cuenta el Memorial de Charles de Gaulle, el Museo de la Orden de la Liberación y el Museo de los Planos y Relieves.

A pesar de que ya puede sentirse abrumado por la cantidad de historia y arte que encierra la ciudad, no ha hecho más que comenzar su viaje de turismo. París cuenta con multitud de puntos de interés. Muchos de ellos se reúnen alrededor del Barrio Latino, uno de los más antiguos de la ciudad y también uno de los más bonitos y más animados. El acceso a esta zona ya le llamará la atención, ya que deberá atravesar la impresionante plaza de Saint Michel, en el que se encuentra una espectacular fuente que muestra a San Miguel luchando con un dragón.

Dentro de este barrio se encuentra el Panteón, un monumento de París de estilo neoclásico, que está rodeado por la Iglesia Saint Étiene du Mont, la biblioteca de Santa Genoveva, el Pantheón-Sorbonne, el Phanteón-Assa, los liceos Louis-le-Grand y Henri IV, y el ayuntamiento del distrito.

En su bonito interior podrá ver las tumbas de 65 personalidades destacadas de la historia de Francia, como Voltaire, Rousseau, Émile Zola, Alejandro Dumas, Victor Hugo, Marie Curie o Jean Moulin, entre otros. Además dos placas homenaje con los nombres de los escritores franceses muertos durante las dos Guerras Mundiales. En sus muros también se encuentran inscritos más de mil nombres de personajes importantes de la historia de la República francesa.

En el mismo barrio se encuentran los edificios de una de las instituciones más respetadas de París, la Universidad de la Sorbona, que cuenta con un estilo neoclásico que le sorprenderá.

Montmartre es otro de los barrios por el que le encantará pasear. Situado en una colina, esta está corona por la Basílica del Sagrado Corazón, que destaca por sus cuatro cúpulas y su estilo, inspirado en la arquitectura romana y bizantina. No pierda la ocasión de pasear por la plaza de Trete, famosa por los pintores y retratistas que la han convertido en un museo al aire libre.

Otro de los monumentos de París que no puede dejar de visitar es la Catedral de Notre-Dame, con su característico estilo gótico. Situada en la pequeña Isla de la Cité, está rodeada por las aguas del río Sena. Además de su belleza, y del ambiente que invita a la espiritualidad gracias a la luz que penetra por sus impresionantes vidrieras, esta catedral debe su fama a ser el escenario de una de las novelas más famosas de Víctor Hugo, Nuestra Señora de París, en la que cuenta el amor entre el jorobado Quasimodo y la bella gitana Esmeralda. Como elementos arquitectónicos y decorativos destacan su fachada –con la galería de los reyes-, su espectacular órgano y las famosas gárgolas.

No deje pasar la oportunidad de conocer la plaza Vendôme, que es una muestra clara del urbanismo clásico francés, y donde se encuentra el Obelisco Vendôme –de un sorprendente color verde-. Esta plaza ha sido reproducida en numerosas ocasiones en el cine, ya que en ella se encuentran las principales firmas de joyería y casas de alta costura.

Y tampoco se olvide acercarse a ver el impresionante edificio de la Ópera Garnier –que sirvió de inspiración y con la que quisieron competir en la construcción de la de Viena-. De estilo neobarroco muy recargado, se dice que la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa del emperador, preguntó a Charles Garnier –el arquitecto encargado de la obra- si el edificio iba a seguir el estilo romano o griego, a lo cual respondió que seguiría el estilo Napoleón III.

Su exterior está decorado con frisos de mármol multicolor, columnas y lujosas estatuas que representan deidades de la mitología griega. También se pueden ver en la fachada principal bustos de compositores famosos como Beethoven o Mozart. Por su parte, el interior está revestido de terciopelo, hojas doradas, ninfas y querubines. Si accede al interior, no deje de admirar la grandiosa araña que cuelga del techo, pesa más de seis toneladas; y de la criticada pintura de Marc Chagall que la rodea, que muchas personas aseguran que desentona con el resto de la rica decoración.

Si quiere conocer los monumentos de París desde una perspectiva distinta, le aconsejamos un paseo en uno de los “Bateaux Mouches” , los famosos barcos que recorren el Sena y le permitirán disfrutar de una forma relajada de la Torre Eiffel o Notre Dame, entre otras muchas atracciones turísticas.

Si aún tiene tiempo puede disfrutar de otros de los grandes atractivos de la ciudad: los museos. Visite el Museo del Louvre, que alberga entre otras obra la famosa Gioconda; el Museo de Arte Moderno del Centro Pompidou, o el Museo de Orsay, que cuenta con una de las colecciones de pinturas impresionistas más extensa del mundo.

Y si quiere conocer un poco más de la historia de las monarquías francesas y del Imperio Napoleónico, no deje de acercarse a la cercana localidad de Versalles, donde se encuentran el Palacio y los Jardines de Versalles, un conjunto monumental que forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.