Qué ver en Irlanda
A pesar de su reducida dimensión, 84.421 kilómetros cuadrados, hay demasiadas cosas que ver en Irlanda. La isla, que está dividida administrativamente en dos, la República de Irlanda e Irlanda del Norte –perteneciente a Reino Unido-, es una mezcla de historia, cultura y naturaleza, que le convierte en un destino turístico sorprendente.
La capital, Dublín, es una de las primeras ciudades que tiene que ver en Irlanda. Su centro histórico conserva secretos como el Museo de Historia Natural, el Palacio de Justicia o el Trinity College, entre otras. Además es el lugar ideal para dejarse llevarse por sus el ambiente de sus pubs y degustar la afamada Guinness, que se ha convertido en una seña de identidad para el pueblo irlandés.
En Dublín se encuentra la fábrica más emblemática de esta cerveza, que además de merecer por sí sola una visita, le ofrecerá, desde su bar temático, una de las mejores vistas de la ciudad.
Desde la capital, y de camino a Galway, Clonmacnois será uno de los puntos de interés en los que no podrá dejar de parar. Se trata de una antigua abadía, fundada en 554, que consta de varios edificios que le llevarán a través de la historia.
Ya en Galway, podrá disfrutar del ambiente medieval que impregna esta ciudad. Pero, sin duda, su principal atractivo serán las vistas de los algunos de los espectaculares acantilados que ofrece la costa irlandesa frente a las Islas de Aran. Visitar este conjunto de islas, que entre las tres cuentan con 1.500 habitantes, es una de las maravillas del océano Atlántico.
En la mayor de ellas, Inishmore, podrá ver sus magníficos paisajes y el fuerte de Dun Aengus, uno de los monumentos prehistóricos que se conservan de la Edad de Bronce y que se cree que fue una construcción defensiva formada por tres niveles –en forma de círculos concéntricos- levantados al borde de un acantilado de más de 90 metros. De hecho, su localización hace pensar que en sus orígenes el fin de esta construcción fue religioso.
Si un paisaje llamará su atención en Irlanda, será sin duda Moher, con sus ocho kilómetros de acantilados que llegan a alcanzar los 214 metros de caída sobre el océano Atlántico. Visitar este paraje le llevará a sentir un sinfín de emociones. El viento, el color negro de la roca fundiéndose con el azul del mar y el verde las praderas que coronan estos precipicios dejarán volar su imaginación.
Otro lugar en el que soñará es el Castillo de Bunratty, el mejor exponente de las más de 100 fortificaciones que construyó el clan de los McNamara en el siglo XV. Del estilo arquitectónico definido como ‘normando’, en su interior se trasladará a los siglos XVI, XVII y XVIII, época de mayor esplendor de esta construcción.
El condado de Kerry es otro de los lugares que hay que ver en Irlanda. A lo largo de él, podrá visitar los típicos y pintorescos pueblos de Limerick, Adare o Tralee, que conservan las casas con tejados de paja y construcciones como la abadía de Adare o el teatro de las tradiciones de Tralee que harán saltar hacia atrás en el tiempo.
También en el Condado de Kerry deberá visitar la Península de Dingle, que además de sus más de 200 yacimientos arqueológicos, es de una belleza natural sobrecogedoras. Y Killarney, una pequeña y bella ciudad que cuenta con un parque nacional digno de visitar y con Muckross House & Garndes, una magnífica mansión victoriana. Y, por supuesto, realizar una excursión por el famoso Anillo de Kerry, que le llevarán a conocer otras de las maravillas que se guardan en esta área.
Otra de las ciudades irlandesas que no podrá dejar de ver es Cork. Su turbulenta historia –que se reflejaba en la famosa novela Las Cenizas de Ángela de Frank McCourt- se encuentra escrita en sus calles y se ve reflejada hasta en el color de la piedra de muchos de sus edificios –mármol negro-. Realice una visita guiada por la ciudad para conocer su castillo, su catedral y sus callejuelas que hoy son muestra de la prosperidad de esta ciudad.
Además, otra de las zonas que hay que ver en Irlanda es Connemara, la región que se conoce como el ‘corazón de Irlanda’. El lago de Inagh, la Abadía de Kylemore, la ciudad de Letterkenny y sus impresionantes paisajes verdes son algunas de las maravillas que podrá ver en esta zona.
Y, si de verdad quiere conocer la historia de esta isla, no puede dejar de visitar Belfast, la capital de Irlanda del Norte. Antes de llegar, visite la Calzada de Gigante, una zona volcánica con más de 60 millones de historia.
El puerto de Belfast deberá ser una de sus primeras paradas en la ciudad, que tiene muchos más secretos por descubrir como el Museo del Titanic o el castillo de Belfast, una maravilla de la Edad Media.