Isla de Skye
La isla de Skye es uno de los paraísos de Escocia, una auténtica maravilla de la naturaleza que no podrá perderse cuando visite las Tierras Altas. Sus mágicos paisajes, que parecen ser el refugio de las hadas, y sus pintorescos pueblecitos son razón más que suficiente para descubrir Skye.
La Isla de Skye es la mayor de las llamadas Hébridas Interiores, un archipiélago situado al este de Escocia, apenas separado de la isla de Gran Bretaña por pequeñas franjas de agua. De hecho, para llegar a Skye hoy en día existe un puente que comunica ambas islas, aunque muchos deciden llegar a través del ferry, que les permite disfrutar de un paisaje marítimo encantador.
El primer punto que descubrirá de la Isla de Skye es Portree, el pueblo más grande de la isla –unos 2.500 habitantes- y un pintoresco puerto marítimo que saluda a los viajeros cuando arriban hasta sus costas. Un buen punto de partida para comenzar a enamorarse de este precioso lugar.
Cuando comience la ruta por Skye, uno de los puntos más destacados es Old Man Storr, una roca puntiaguda que se levanta en un paisaje envidiable, rodeada de montañas y el mar. Es una de las fotografías más buscadas de la isla. Para llegar hasta esta roca hay que emprender una pequeña caminata que encantará a los amantes de la naturaleza, ya que les permitirá sumergirse en paisajes de película.
Siguiendo su camino por el norte de la isla llegará hasta Kilt Rock, unos acantilados que se levantan junto al mar y son uno de los lugares más especiales de Skye. Destaca la preciosa cascada que cae desde los prados situados encima del acantilado directamente hasta el mar.
También podrá disfrutar de los paisajes de la península de Trotternish, lugares que parecen mágicos, con prados y bosques que cubren toda la isla y parecen hechos para el disfrute de los amantes de la naturaleza.
Bordeando la costa podrá encontrar el pintoresco pueblo marítimo de Uig y uno de los castillos más importantes de la Isla de Skye, Dunvegan. Esta fortaleza de piedra construida junto a un lago es uno de los castillos habitados más antiguos de Escocia, con una historia de 700 años, vinculada al clan MacLeod. En su interior se guarda la Bandera de las Hadas, una reliquia mística que es el orgullo del clan desde el siglo XIX.
No muy lejos se encuentra Nest Point, el cabo más occidental de la isla. Se trata de una de las panorámicas más conocidas de Skye por su acantilado inclinado y un pintoresco faro situado al final del mismo. Desde los miradores de alrededor podrá captar la esencia más auténtica de esta preciosa isla.
Talisker Bay es otro de los puntos de interés de Skye. Su zona natural mezcla el intenso verdor de la tierra escocesa con el azul grisáceo del mar. El graznar de las gaviotas y el viento marítimo le envolverán cuando contemple estos espectaculares paisajes.
Hacia el sur se encuentran los montes Cuillin, una formación de montañas de origen volcánico que permite disfrutar de alguno de los panoramas más sobrecogedores de la isla de Skye. Una auténtica maravilla de la naturaleza que añade el color negro del basalto a los verdes prados de Escocia.
De camino al sur de Skye podrá descubrir otro de los castillos de la Isla de Skye, Armadale, antigua residencia del clan de los McDonalds. Esta mansión presenta un pintoresco aspecto al estar medio en ruinas, con la hiedra y la vegetación reclamando la piedra gris del castillo. Una panorámica inolvidable para despedirse de la isla.
