Bolonia, Italia
Una encantadora ciudad medieval de tejados rojos, soportales y torres, mercados y restaurante…Bolonia, en Italia, encanta a los viajeros por su belleza pintoresca, su ambiente histórico y por su gastronomía.
Los soportales son uno de los elementos más conocidos que ver en Bolonia. La gran mayoría de las casas del centro histórico albergan estas galerías bajo ellas, que se han convertido en una de las señas de identidad de la ciudad. Se calcula que en Bolonia hay más de 40 kilómetros de soportales.
Por otra parte, las torres dominan sin lugar a dudas la silueta de Bolonia. Se cree que en la Edad Media, las familias boloñesas mostraban su poder a través de estas construcciones. Incluso se llegó a especular que en aquella época pudo haber más de 100 torres repartidas por la ciudad –algunas fuentes hablan incluso de 180-. Hoy en día, aunque quedan aproximadamente 20 de estas atalayas, dos de ellas acaparan la mayoría de las miradas, las de Garisenda y Asinelli.
Estas dos torres, situadas una al lado de la otra, tienen la particularidad de estar visiblemente inclinadas. Un fenómeno que ya se apreció en la Edad Media, como deja mostrado Dante en su Divina Comedia al referirse a la torre de Garisenda. Por otra parte, la torre de Asinelli es la más alta de la ciudad, con unos 96 metros de altura, que permite disfrutar de unas preciosas vistas de la ciudad por encima de los tejados rojos.
Un lugar imprescindible cuando visite Bolonia, Italia, es la Plaza Mayor. Esta explanada, el corazón de la ciudad, está plagado de cafeterías y restaurantes en los que sentarse a descansar y tomar algo bajo la mirada de la estatua de Neptuno, situada en medio de la plaza y que se ha convertido en uno de los símbolos de la urbe.
Aunque el edificio que más destaca de la plaza es la Basílica de San Petronio. No es para menos, teniendo en cuenta que cuenta con 132 metros de largo, 60 de ancho y la cúpula alcanza los 45 metros sobre el suelo. Es, de hecho, la quinta iglesia más grande del mundo y en su construcción se pensó que sobrepasase incluso a la Basílica de San Pedro de Roma. Solo la voluntad del papa impidió que el proyecto se materializase. Entre las obras de arte de su interior destaca un fresco del Juicio Final inspirado en la Divina Comedia de Dante. Sin duda, uno de los grandes monumentos que ver en Bolonia.
También merece la pena detenerse en la Plaza de las Siete Iglesias y la Basílica de San Stefano, que es en realidad un conjunto de cuatro iglesias distintas conectadas entre sí a través de patios y claustros. Antiguamente, este conjunto monumental estaba formado por siete templos distintos, de ahí el nombre de la plaza. Aunque hoy solo queden cuatro templos, se trata de uno de los lugares turísticos de Bolonia más importantes.
Si este conjunto llama la atención, el hecho de que se trate de una reproducción de los lugares de la pasión de Cristo en Jerusalén, lo convierte en una sorpresa imprescindible. Así pues, nos encontraremos con la Iglesia del Crucifijo, la Iglesia del Santo Sepulcro –con una reproducción de la tumba de Cristo, realizada por los cruzados que estuvieron en el santo lugar-, la Iglesia de la Trinidad o la Iglesia de San Vitale e Agricola. Es recomendable también visitar los claustros y patios entre las iglesias y que muestran auténticas maravillas de la arquitectura medieval.
No deje de visitar tampoco los mercados y tiendas de la ciudad, donde podrá acercarse a la celebrada gastronomía italiana. Es normal, de hecho, que encuentre puestos y tiendas dedicados exclusivamente a la venta de pasta fresca, especialidad que, por otra parte, podrá degustar en cualquiera de los restaurantes de la ciudad.
Acérquese hasta Bolonia, Italia, para disfrutar de una de las ciudades medievales más importantes del país, ya sea desde la altura de sus torres, desde sus sorprendentes iglesias o sus restaurantes.
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