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Qué ver en Múnich

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Todo lo que hay que ver en Múnich

Desde Marienplatz hasta la ciudad olímpica, no se pierda un detalle de la capital de Baviera

Es difícil decidir qué ver en Múnich. Turismo a través de la historia de esta mágica ciudad, capital de una de las regiones más bellas de Alemania, Baviera. Aunque hoy Múnich rebosa belleza, tanto en su arquitectura como en la naturaleza que la rodea, la ciudad cuenta también con un pasado oscuro. Fue la cuna del movimiento nazi y el lugar donde Hitler comenzó su andadura tras la I Guerra Mundial.

Antes de convertirse en el escenario en el que el dictador alemán comenzara sus puestas en escena –de hecho intentó un golpe de Estado en 1923 en la ciudad-, Múnich llegó a ser la capital del Reino de Baviera, que desapareció tras la unificación de Alemania, aunque siguió conservando cierta autonomía y, por su puesto, sus rasgos culturales.

Múnich, turismo e historia se dan la mano y le llevarán a recorrer grandes momentos que han marcado el rumbo no solo de la ciudad, sino también de Alemania, Europa y el mundo entero.

La ciudad fue destruida como consecuencia de los brutales bombardeos de la II Guerra Mundial, pero has sido perfectamente reconstruida y hoy podrá ver los espectaculares monumentos históricos de la ciudad rehabilitados como si nunca hubieran sido prácticamente demolidos.

Hay muchas cosas que hay que ver en Múnich, pero uno de los primeros lugares que debe visitar es Marienplazt, la plaza que se ha convertido en el corazón de la ciudad. En ella, se encuentran varios monumentos que a los que deberá prestar atención. El primero de ellos es la Columna de Santa María, que data de 1638. Se levantó para conmemorar el final de la invasión sueca. En la parte superior se encuentra una estatua de la Virgen María rodeada de cuatro ángeles que simbolizan no sólo las victorias militares, sino también contra la peste, la herejía y el hambre.

Además en Marienplazt se encuentra otros edificios que le sorprenderán. Uno de ellos es el Nuevo Ayuntamiento de Múnich, de un exquisito estilo neogótico, que además cuenta con un espectacular carrillón que todos los días a las 11, 12 y 17 horas hace que las figuras de tamaño real realicen la ‘Danza de Cooper’ al ritmo de una agradable melodía. En la plaza también se encuentra el Antiguo Ayuntamiento, de más de 500 años de antigüedad; y la fuente Fischbrunnen, que es uno de los puntos de reunión más populares de Múnich.

Otra de las plazas que hay que ver en Múnich es Odeonsplatz –la plaza del Odeón-, que está rodeada de majestuosos edificios como el Feldherrnahalle, una impresionante construcción que era el símbolo del honor del ejército bávaro. Su estructura y escultura recuerdan a la Loggia dei Lanzi de Florencia, pero con un toque alemán. De estilo italiano también es Hofgarten, un encantador jardín que da acceso al Jardín Inglés. En esta plaza también se encuentra la Iglesia de los Teatinos, que destaca por su fachada rococó de color amarillo, que también es otro de los símbolos de la ciudad.

Hay otros templos religiosos que hay que ver en Múnich. Turismo que le llevará a conocer los cambios religiosos que tuvieron lugar en el siglo XVI en Europa. Una de las iglesias que tendrá que ver es la de San Miguel. Construida a finales del siglo XVI como centro espiritual de la Contrarreforma, es la iglesia renacentista más grande de todos los Alpes. En su fachada principal se encuentra representada la victoria del catolicismo sobre el protestantismo, y destaca la figura de bronce de San Miguel luchando con el dragón.

La Catedral de Múnich es otro de los edificios religiosos que deberá visitar. Aunque menos vistosa que la iglesia de San Miguel, es un impresionante edificio de ladrillo que, además, es también uno de los edificios góticos más grandes de Alemania. Destaca en su interior la ‘Pisada del Diablo’, una huella que según la leyenda dejó el diablo durante su huida tras descubrir que el constructor del templo le había engañado.

Múnich, además de ser uno de los destinos turísticos que más visitantes recibe al año, fue también el lugar elegido por la nobleza alemana para pasar el verano. Y, prueba de ello, es el Palacio de Nymphenburg, la residencia de verano de la familia Wittelsbach. Construido en el 1664, su interior aún conserva la decoración de la época, con bellos frescos, retratos de los miembros de la familia y un impresionante salón de baile de estilo rococó.

Además del palacio, también merecen un paseo los jardines de Nymphenburg, de estilo inglés. En ellos se encuentra el Amalienburg, un pequeño palacete de estilo rococó que también tiene una espectacular decoración; o los baños inspirados en termas romanas que son una maravilla. Además, los jardines cuentan con su propia iglesia, la ermita de la Magdalena.

Sin duda alguna, uno de los lugares que hay que ver en Múnich es la cervecería Hofbräuhaus, que cuenta con más de 5 siglos de antigüedad. Es una de las cervecerías típicas de Múnich, con enormes salones con mesas y bancos de madera, que cuenta con una larga tradición cervecera e histórica, ya que fue el lugar en el que se proclamó la ‘República de Soviética de Múnich’ o donde se redactó el programa de los 25 puntos por los que se regía el partido nazi.

Hablando de cerveza, no hay que olvidar que desde 1810 la ciudad celebra anualmente el Oktoberfest –fiesta de octubre-. Una cita que ha convertido a Múnich en un foco de turismo alrededor de esta bebida fermentada y en la que se puede ver a los habitantes de la ciudad vistiendo los típicos trajes de tirolés.

Más moderna es la Torre Olímpica de Múnich, otro de los símbolos de la ciudad que hay que ver en Múnich. Esta torre de 291 metros no le permitirá obtener unas vistas panorámicas de la ciudad, pero le permitirá ver todo el Parque Olímpico de Múnich.

Todo esto y mucho es lo que tendrá que ver en Múnich, una ciudad que acoge al visitante con los brazos abiertos y que le permitirá conocer un poco mejor la historia de Alemania.