Prepárate para conocer Praga, Viena y Budapest: las tres majestuosas ciudades imperiales de Europa central y del Este que te transportarán a otra época, gracias a su asombrosa arquitectura y a sus paisajes urbanos llenos de encanto.

Te invitamos a aparcar la rutina y a recorrer las capitales de la República Checa, Austria y Hungría con alguna de nuestras increíbles ofertas de vacaciones. Teniendo en cuenta que te costará decidirte por una sola: ¿por qué no visitar todas ellas en un viaje inolvidable? Además, algunos de nuestros circuitos incluyen Bratislava, la capital de Eslovaquia. ¿Se puede pedir más?

Si existe un lugar de cuento de hadas, ése es sin duda la fotogénica Praga, capital de la República Checa y poseedora de un imponente centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992.

El río Moldava divide esta urbe mágica en dos mitades: por un lado, Malá Straná (‘Barrio Menor’), situado en la orilla izquierda, y por otro, el conjunto urbano formado por Staré Mésto (‘Cudad Vieja’) y Nové Mésto (‘Ciudad Moderna’), que se alza sobre la margen derecha.

Entre las principales atracciones turísticas de Praga, habría que mencionar Staromestské nam, la plaza de la Ciudad Vieja, que reúne edificios como la Casa del Minuto (1564), la iglesia de Nuestra Señora de Týn (1365-1511) y la torre del Reloj (1364), sede del antiguo Ayuntamiento y poseedora de un magnífico reloj astronómico del siglo XV, uno de los grandes emblemas de Praga.

Sin embargo, el principal monumento de esta hermosa es el Castillo de Praga: un soberbio recinto que da cabida a la catedral de San Vito, un edificio gótico del siglo XIV en el que se halla la tumba de San Wenceslao, y el pintoresco callejón de Oro, en cuyo número 22 abre sus puertas la casa en la que vivió Franz Kafka entre 1916 y 1917.

Asimismo, tampoco hay que perderse otros edificios destacables, como la torre de la Pólvora, del siglo XV; la torre de Jindrisska (1472-1476), también gótica y situada en la calle homónima; el singular Teatro Negro, donde podrás asistir a un espectáculo realmente diferente; el original edificio Ginger & Fred (1996), obra de Frank Gehry; el barrio judío y, por supuesto, el emblemático puente de Carlos, inaugurado en 1402.

En cuanto a los museos, cabe referirse al Museo Nacional de Praga y al Museo Mucha, dedicado a uno de los mayores cartelistas del modernismo.

Y eso no es todo: despendiendo del viaje que elijas, podrás hacer una escapada a la ciudad balneario de Karlovy Vary, famosa por las propiedades de sus manantiales de agua termal y emplazada a 140 km de Praga. Fundada en el siglo XIV por Carlos IV, esta localidad te cautivará por su arquitectura de estilo art nouveau, así como por los tupidos bosques que la circundan.

Como no podía ser de otro modo, nuestros viajes por Europa central también incluyen Viena, la fascinante capital austríaca.

Entre los lugares que podrás admirar, se cuenta la zona del Ring, la avenida más famosa de la ciudad, del siglo XIX. A esta época también corresponden edificios como el Ayuntamiento o Wiener Rathaus, el Parlamento austríaco, la Ópera Estatal o Wiener Staatsoper y el Teatro Nacional o Volkstheater.

Sin embargo, si por algo destaca esta elegante ciudad es por su arquitectura palaciega, presente en edificios como el Palacio Imperial de Hofburg —donde se halla también el Museo de Sissí, dedicado a la vida de la rebelde reina bávara—, el Palacio de Schönbrunn o el Palacio de Belvedere, que fue la residencia del príncipe Eugenio.

Otro lugar que no hay que perderse es la catedral de San Esteban o Sephansdom (1137-1147), cuya torre sur —a la que los vieneses han bautizado cariñosamente como Steffi— de 137 m de altura, o la Figarohaus, en la que Wolfgang Amadeus Mozart vivió durante tres años y en la que compuso Las bodas de Fígaro.

En el barrio obrero de Landstrasse, podrás contemplar la colorida Hundertwasserhaus (1983-1986), un vistoso bloque de viviendas que se halla cerca de Prater, un parque de atracciones a orillas del Danubio.

Pero si lo que te apetece es ver museos, no dejes de acercarte al MuseumQuartier, donde te aguardan el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural —ambos en la plaza de Maria-Theresien— o al Museo Gustav Klimt.

Por la noche, te animamos a escaparte a Grinzing, un tradicional pueblo de viticultores ubicado en las inmediaciones de la capital austríaca y famoso por sus restaurantes y tabernas, sin olvidar el exquisito vino verde que se elabora en la zona.

Si te seduce la idea de explorar Praga y Viena, tampoco puedes dejar de descubrir la capital de Hungría: Budapest.

Como su nombre indica, la ciudad se divide en dos sectores netamente diferenciados: por un lado, Buda, que ocupa un tercio de la superficie urbana y que fue la antigua capital húngara hasta 1873, y Pest, la parte más moderna, que se extiende sobre la margen izquierda del Danubio.

En Buda, podrás recorrer lugares tan impactantes como el Bastión de los Pescadores (1902), una espectacular terraza neorrománica y neogótica situada junto al río; la iglesia de Matías (siglos del XIII al XV) y el barrio del Castillo, al que podrás acceder mediante un funicular que parte del puente de las Cadenas.

En Pest, no puedes dejar de acercarte a la señorial avenida de Andrassy, la Ópera Nacional de Hungría, la plaza de los Héroes, que recuerda los mil años de la fundación de Budapest; la basílica de San Esteban y el Parlamento de Hungría, construido entre 1884 y 1904 por Imre Steindl e inspirado en la sede del Parlamento de Londres.

Y si quieres disfrutar de una hipnótica vista nocturna sobre Budapest, no dudes en subir a la colina de Gellért antes de regresar a tu hotel.

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