Viena, Austria, el corazón del Imperio Austrohúngaro -Panavisión Tours

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Viena, Austria, el corazón del Imperio Austrohúngaro

Los viajes a Viena le descubrirán sus palacios y la Ópera, entre otros

Viena, Austria, ha conocido tiempos mejores, pero la ciudad sigue manteniendo el espíritu que le llevó a ser uno de los principales centros políticos, económicos y culturales de Europa, que competía en igualdad de condiciones con otras capitales como Londres o París. A lo largo del siglo XIX y a principios del siglo XX, la ciudad se fue desarrollando y hoy ofrece joyas y tesoros que harán que disfrute de Viena.

Aunque Viena alcanzó su plenitud artística y cultural a lo largo del siglo XIX, su historia comenzó mucho antes. Y, como se puede ver en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Palacio Hofburg, desde la Edad Media la ciudad ya se preparaba para ser el corazón de uno de los grandes imperios europeos: el austrohúngaro. Se comenzó a construir en el siglo XIII, pero las distintas dinastías de los Habsburgo y los emperadores de Austria y el Imperio Austrohúngaro lo fueron modificando para adaptarlo a sus gustos y necesidades.

Actualmente, el Palacio Hofburg es la residencia del presidente de Austria. Este magnífico complejo destaca por su riqueza arquitectónica y artística y por su imponente tamaño. Aunque solo se pueden visitar partes, no deje pasar la ocasión de ver el Museo de Sissi, la emperatriz más carismática del Imperio Austrohúngaro, y de recorrer las que fueron las estancias reales que Sissi compartió con Francisco José I a finales del siglo XIX. Además, no deje de imaginarse en los bellos y ricamente adornados salones cómo fueron los elegantes bailes durante la época de mayor esplendor del Imperio Austrohúngaro.

El de Hofburg no es el único palacio que deberá ver en sus viajes a Viena. El de Schönbrunn es otra de las grandes maravillas de esta capital. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue la residencia de verano de la realeza austriaca.

El hecho de que solo se utilizara durante unos meses al año no fue impedimento para que sea el de mayor tamaño de toda Viena. Por eso, precisamente, es conocido como el “Versalles de Viena”. Además de su decoración interior, que merece la pena visitar porque es una de las pocas muestras de estilo rococó vienes, destacan sus jardines, en los que podrá encontrar ruinas romanas. No deje de admirar su imponente fachada, con el característico color amarillo que distinguía a la dinastía de los Habsburgo.

En Viena, Austria, otra de los edificios que no puede dejar de visitar es el Palacio Belvedere, que hoy alberga varios museos y un hotel. Pasee por sus jardines, que están diseñados en tres niveles.

Otra de las grandes aportaciones de la dinastía de los Habsburgo a la ciudad fue la Ópera, que mandó construir Francisco José I. La historia del edificio bien merece que le dedique unos minutos a leer este texto. El edificio fue diseñado con el objetivo de competir en grandeza con la Ópera-Garnier de París, pero en su inauguración el edificio Staatsoper recibió muchas críticas por no superar en altura a su homóloga parisina, lo que llevó a uno de sus arquitectos, Siccardsburg a suicidarse, y a que al otro, Van der Nüll, le diera un infarto. Estos hechos causaron tal conmoción a Francisco José que no volvió a criticar ninguno de los edificios que inauguró.

Aunque el edificio original se construyó en estilo renacentista, tras la II Guerra Mundial –durante la que prácticamente se destruyó el edificio entero como consecuencia de los bombardeos aéreos- se reconstruyó actualizando su diseño. De hecho, del original solo se mantuvieron los colores: rojo, oro y marfil.

Disfruta Viena visitando otros de los grandes edificios dedicados a la música. Por una parte, la Wiener Musikverein, un espacio que alberga varias salas de conciertos e instituciones musicales. El edificio fue diseñado por el arquitecto danés Tehophil Hansen, que se inspiró en el clasicismo griego, con una impresionante fachada a tres niveles. Y, por otra, el Teatro Imperial de la Corte. Para verlo, tendrá que acercarse hasta la Ringstraße, una de las avenidas principales de la ciudad. Originalmente fue construido en estilo neobarroco, pero tras la II Guerra Mundial tuvo que ser reconstruido y para ello se siguió un estilo clásico.

El paseo por Ringstraße le permitirá admirar otros edificios de singular belleza y de distintos estilos arquitectónicos que le trasladarán a través de la historia del arte de Viena, Austria y todo el Imperio Austrohúngaro. A ambos lados de esta vía de circunvalación que rodea el centro de Viena, también conocida como el Ring de Viena, podrá observar varios edificios de estilo neorrenacentista como la Universidad, los museos de Historia Natural y de Historia del Arte o la Bolsa. De estilo neogótico destacan la espectacular Iglesia Votiva del Divino Salvador, con sus dos torres gemelas que rozan los 100 metros de altura; y el Ayuntamiento de Viena. Y, de estilo neoclásico podrá observar el Parlamento, mientras que el antiguo Ministerio de la Guerra es una de las grandes representaciones del neobarroco.

Muy cerca de esta avenida se encuentra la Iglesia de San Carlos Borromeo, que representa como ningún otro edificio de la ciudad la mezcla de distintos estilos arquitectónicos. Su fachada central cuenta con un pórtico griego, al que rodean unas columnas de inspiración barroca. En su interior, el estilo barroco romano y la decoración oriental se entremezclan para lograr un ambiente que invita a la oración.

Otra de las iglesias que no puede dejar de ver un sus viajes a Viena es la Catedral de San Esteban, que también combina distintos estilos arquitectónicos fruto de las distintas ampliaciones que ha vivido a lo largo de sus siglos de historia.

Contemplar la Casa Hundertwasser será otro de los momentos en lo que más disfrutará en Viena, debido a su creativa construcción. Sus fachadas ondulantes, con aberturas irregulares y su vivo colorido y vegetación hacen de este edificio un icono arquitectónico en todo el mundo.

Por último, no se olvide de disfrutar Viena y sus típicas tabernas, donde podrá probar los vinos de la zona, y por supuesto, los cafés, donde degustar una de las bebidas que más ha exportado la ciudad: el café vienés.