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Todo lo que hay que ver en Florencia, Italia: un viaje por la historia del arte

El David de Miguel Ángel y la Basílica de Santa María del Fiore, entre sus tesoros

Si en una ciudad se puede hablar de arte, esa es sin duda Florencia, Italia. La capital de la Toscana, una de las regiones más bonitas de este país, vivió su gran época dorada en el siglo XV, con la llegada de la familia Médici al poder. Obras de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Botticelli, Dante se encuentran entre las joyas que hay que ver en Florencia.


Su despegue cultural se debió al amor de los nobles de la época, principalmente los Médicis, por el arte. El patrocinio de los artistas se convirtió en una práctica común, lo que dio lugar al nacimiento de colecciones tan impresionantes como la que hoy se puede ver en la Galería Uffizi, uno de los principales museos de la ciudad.


Otra de las pinacotecas que deberá visitar en Florencia es la Academia. En ella, no podrá dejar de visitar la gran atracción de la ciudad: el David de Miguel Ángel, que es la máxima representación del Renacimiento y una de las obras maestras de este gran artista. Además de esta gran escultura, la Academia alberga una extensa colección de obras de distintos periodos y de grandes artistas italianos.


El David de Miguel Ángel no es la única escultura que hay que ver en Florencia. Esta llegó a compartir espacio con otras obras en la Plaza de la Signoria. El pórtico de la Loggia dei Lanzi es un museo al aire libre en el que están algunas esculturas de belleza incomparable. Entre ellas, el Rapto de la Sabinas de Giambologna y el Perseo de Cellini.

Además, en esta plaza se pueden contemplar otras. Entre ellas, Hércules y Caco, Polissena, Nesso e Il Centauro o la colosal Fuente de Neptuno y a las reproducciones del David de Miguel Ángel, el Marzocco y la Giuditta e Oloferne, de Donatello, cuyos originales se trasladaron a espacios cerrados por su alto valor.

En la Plaza de la Signoria también se encuentra otra joya del Renacimiento: el Palazzo Vecchio, que fue sede del Gobierno de los Médici. En ella destaca la Torre di Arnolfo, que sobresale del resto de edificios por su 95 metros de altura.

Otro de los edificios más impresionantes de la ciudad es la Basílica de Santa María del Fiore, la catedral de Florencia. Admirar una parte concreta de esta edificación le será casi imposible, ya que sus ojos volarán de un elemento a otro. Cuenta con una grandiosa cúpula, diseñada por Brunelleschi, que es una de las obras que mejor representan el arte gótico y el primer Renacimiento. Cuenta con unas dimensiones colosales -45,6 metros de ancho y 37.000 toneladas métricas que contienen 4 millones de ladrillos-, que le dan forma de una linterna asentada sobre una base octogonal. Fue toda una innovación en la época.

La fachada de Santa María del Fiore es otra de las maravillas de la época. De hecho, sus tres bonitas puertas de bronce tallado fueron definidas por el propio Miguel Ángel como “las puertas del paraíso”. También le llamará la atención sus colores: blanco, verde y rosa, y las imágenes que representan a los apóstoles y otras figuras religiosas y que son obra de distintos artistas.

Si aún creo que la Basílica de Santa María del Fiore no le puede aguardar con más secretos, se equivoca. Su Campanile, diseñado por Giotto, es una de las señas de identidad de la ciudad. Se trata de una estructura de 85 metros de altura cuidadosamente decorada con distintos elementos en distintos niveles. Diamantes representando los planetas, estatuas de los profetas, medallones hexagonales… todo le llevará a elevar la vista a su terraza. Hasta ella se puede subir tras ascender sus 441 escalones. El fuerzo merecerá la pena, ya que sus 85 metros de altura le proporcionarán una de las mejores vistas de los tejados de Florencia.

Otro de los símbolos de la ciudad es el famoso Puente Vecchio, el más antiguo de Florencia. Construido en la Edad Media, fue el único que sobrevivió intacto a los bombardeos que sufrió la ciudad durante la II Guerra Mundial. A ambos lados del puente, se encuentran tiendecitas y puestos que le dan un aire único. Se ha llegado a la conclusión de que en sus orígenes estas tiendan pertenecían al gremio de los peleteros, pero posteriormente fueron sustituidas por los establecimientos de joyeros.

A estas alturas puede estar abrumado por la cantidad de sensaciones que podrá experimentar admirando la belleza de todo lo que hay que ver en Florencia, pero aún le quedan otros secretos por descubrir. La ciudad cuenta con varios museos, además de los nombrados anteriormente, que son dignos de visitar. En las Capillas de los Médici, en la Basílica de San Lorenzo, podrá observar algunas obras de singular belleza, y también, su sacristía que fue diseñada por Miguel Ángel.

Tampoco pierda la ocasión de visitar los distintos mercados de Florencia. Pasear por el mercado de la Paja o por el de San Lorenzo será toda una experiencia, y además podrá adquirir los regalos que estaba buscando.